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DIEGO BESTARD, FOUNDER Y CEO EN URBANITAE

Empecemos con tu experiencia laboral, ¿cómo has llegado al fintech?

Aunque mi carrera profesional siempre ha estado ligada al mundo financiero, desde pequeño soy un apasionado de la tecnología. De hecho, estuve muy cerca de estudiar ingeniería informática, pero al final me decanté por estudiar empresariales. Durante mis años trabajando en distintos ámbitos del sector financiero, siempre he seguido de cerca todas las innovaciones, incluso antes de que se hablara tanto del fintech. En el año 2014 fue cuando empecé a trabajar directamente en una empresa del sector Fintech, con mi incorporación a un proyecto muy novedoso de financiación para pymes llamado Spotcap. Montamos Spotcap de la mano de Rocket Internet, una de las incubadoras de startups más importante del mundo. Nuestro equipo estaba basado en Berlín, pero el primer país de lanzamiento fue España. 

Cuéntanos cómo surgió la idea de lanzar Urbanitae

Con Urbanitae la idea fue clara desde el principio: al estar expuestos al mundo de la inversión profesional, vimos que pasaban por encima de la mesa oportunidades de inversión inmobiliaria muy potentes que al final descartábamos por estar fuera del scope de lo que buscábamos. Por otro lado, vimos que en el mercado de crowdfunding inmobiliario no se estaban haciendo las cosas bien, y que había un hueco claro para un player serio, riguroso, y transparente, que quisiera acercar la inversión inmobiliaria profesional al publico general. En 2017 decidimos lanzarnos de lleno y montamos Urbanitae, con el objetivo de permitir que cualquiera pudiera invertir en grandes proyectos inmobiliarios, con cantidades pequeñas de dinero. 4 años después, hemos cerrado un proyecto de inversión en Menorca de 1,8 millones de euros, entre 536 inversores, en cuestión de 30 minutos. 

¿Qué potencial de crecimiento tiene Urbanitae considerando las tendencias proptech?

El potencial de Urbanitae es brutal, ahora mismo estamos pasando por una tormenta perfecta para nuestro modelo de negocio. Por un lado, debido al COVID19 la banca está restringiendo mucho la financiación al sector inmobiliario, incluso para proyectos que no tienen deuda y que están ya 100% vendidos. La necesidad de la financiación alternativa para el sector inmobiliario nunca ha sido tan elevada. 

Por otro lado, los pequeños y medianos inversores tienen más apetito que nunca por invertir en el sector inmobiliario. Este sector se ha comportado de forma excepcional durante la crisis que hemos vivido, ya que partía de una base muy equilibrada, sin excesos de oferta y con una demanda sostenida y muy razonable. Si comparamos el comportamiento de la inversión inmobiliaria con la volatilidad que han vivido los mercados bursátiles durante el 2020, es lógico que el pequeño inversor quiera darle estabilidad a sus ahorros con un producto como el nuestro. Actualmente estamos cerrando proyectos en cuestión de minutos con sobredemanda.  

Según tu experiencia ¿Cuáles son los ingredientes para crear un fintech de éxito?  

Creo que lo importante es tener claro que, aunque las fintechs somos Startups, nos movemos en un sector (financiero) que no permite afrontar el reto de crecer como harían otros sectores. El “move fast and break things” de Facebook es una fórmula que asegura el fracaso en el sector fintech. Aquí, o haces las cosas con cabeza, rigurosidad, y seriedad, o tienes los días contados.  

Como vicepresidente de la asociación fintech española ¿Cuál crees que es el desafío más grande en los próximos años para el ecosistema fintech español?

Creo que el fintech está entrando en una fase de maduración, y que vamos a ver la consolidación de muchas de las principales compañías en nuestro mercado. Quizás el desafío más grande para nuestro ecosistema es la capacidad de nuestras empresas de salir al extranjero y convertirse en empresas multinacionales. Otro gran reto para el fintech español y en general el sector estartapero, es empezar a ver grandes exits vía compras o fusiones con el mundo coorporate, o salidas a bolsa. 

Te hacemos una última pregunta para que pueda ser de ayuda a la comunidad de FT, ¿qué piensas que podría ser mejor para un joven, empezar en el mundo laboral con una start-up con fuerte capacidad de innovación o con una big corporation?

Esto depende mucho de la empresa y la persona, pero me atrevería a decir que, en la mayoría de los casos, la experiencia que se adquiere trabajando en una startup es mucho más formativa que en una gran corporación. Las startups tienden a ser empresas mucho más horizontales, en las que un becario se sienta al lado del CEO y del equipo directivo, así como de los equipos técnicos. El hecho de estar tan expuesto a como funcionan todas las partes de una empresa permite adquirir una visión muy completa de los negocios. 

Ahora bien, las startups no son para todo el mundo, y el carácter caótico y desestructurado de las mismas puede ser muy desoriéntate para algunos. En una startup normalmente está todo por hacer, hay muy pocas reglas, y sobre todo al principio, se busca gente que venga a aportar y a ser tremendamente proactivo. Si eres una persona que necesita que te marquen un rumbo, te lleven de la mano, y te expliquen como se deben hacer las cosas, probablemente te desenvuelvas mucho mejor en un entorno corporativo. Por otro lado, las probabilidades de acabar en una startup que sea exitosa son muy bajas, ya que no solo hay pocos proyectos en España, si no que la mayoría acaban fracasando.

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